AI and Music cierra una primera edición sobresaliente

Este jueves hemos asistido a la primera edición del AI and Music Festival. Tuvo lugar el el CCCB de Barcelona. Durante la jornada, charlas y exposiciones se han combinado con actos musicales, para mostrarnos el futuro más que inmediato para la inteligencia artificial, y sus posibles usos en el ámbito músical.

Llegamos al CCCB, localizado en el centro de la ciudad condal, y recogimos nuestra acreditación. Tras ubicar los distintos espacios y escenarios, nos dirigimos al Hall Stage, para acudir a la presentación de “Polifonia”. Un proyecto que teje una base de datos musicales, que interrelaciona canciones entre ellas. Bien por armonía, letra o ubicaciones (estudio en el que se grabó, o origen del artista), creando así un sistema de recomendaciones basado en datos y estadísticas. 

Tras ello, nos dirigimos a la Exhibition area,donde pudimos conocer distintos proyectos que nos resultaron muy interesantes. Observamos de cerca la increíble criatura creada por BAU, que reaccionaba a la interacciones físicas. Por otro lado, IED nos presentó su sistema de generación de identidad virtual (I AM YOU). Entramos en una cabina, y rápidamente, el sistema generó un avatar a nuestra imagen y semejanza. Pudimos interactuar con el mismo, e incluso observarlo en realidad aumentada.


Una de las salas que más afluencia de público recibió a lo largo de la mañana fue la SYNX VR. En esta propuesta de realidad virtual, nos plantean 5 obras de 5 artistas diferentes. Comenzamos subiendo por un ascensor, y al bajar en cada piso, entramos en la obra. Desde habitaciones alteradas para servir de fuente de inspiración en tiempos de pandemia, a planetas formados por partículas. Con una excelente banda sonora de fondo, conformada por ambient, nos logra sumergir en su universo. Al terminar, una pantalla blanca nos propone unos ejercicios de relajación, y nos invita a prepararnos para la realidad. Es en ese momento cuando vemos la habitación en la que estamos, desde las gafas de VR. Un giro final que logró dejarnos sin habla, ante la sonrisa de los desarrolladores, contentos de haber conseguido su objetivo. Introducirnos en su universo, y plantar una semilla en nosotros, debatiendo con nosotros mismos sobre mundos y mundos virtuales, todos ellos mundos al fin y al cabo. 

Y es que este AIandMusic se ha encargado en todo momento de esto mismo. Replantearnos cosas, obligarnos a tratar de pensar en un futuro digital.


Volvimos al Hall Stage para disfrutar de música clásica, a manos de la compañía Bozar. Instrumentos de cuerda puestos al servicio de una inteligencia artificial, proyectada en la pantalla.

Llegó el momento de dirigirnos al Auditori CCCB, donde los ganadores de las Hackatons celebradas la semana anterior mostraron sus proyectos. El primero de ellos planteaba utilizar móviles como sensores para generar secuencias midi, modulando con el movimiento el pitch y otros elementos de la secuencia. Esto llegaría a un dj, que seleccionaría en tiempo real los resultados más interesantes. En el segundo proyecto, se proponía utilizar el live coding, para enseñar a inteligencias artificiales mediante prueba y error, a tocar instrumentos. Durante la demo, pudimos ver y escuchar como los «agentes», como ellos se referían a los robots, iban tocando notas hasta conseguir dar con las correctas, coordinarse, y tocar el acorde deseado. En el proceso, el sistema podrá aprender acordes por error, abriendo un mundo de posibilidades de creación musical.


Tocaba acercarse al Teatre Stage para ver el AV Latentscape de Franz Rosati. Utilizando samples vocales de coros como hilo conductor, nos movía de partes melódicas y reflexivas a otras más contundentes sumando elementos de percusión y subgraves incisivos. Todo acompañado de unas visuales que reaccionaban en tiempo real a la música y sumaban a la experiencia. La ovación que se llevó al finalizar, fue totalmente merecida. Personalmente, la actuación más destacada de la jornada.


Nos acercamos al Auditori CCCB para su último panel, “Teaching machines to feel like human do”. Plantea un sistema en el que las máquinas responden a los estímulos como los humanos. Especialmente con audio, donde demostraron como una máquina puede discernir entre un sonido provocado por un golpe, sonidos acuáticos, o la voz humana.

Tras esto, una I.A. sería la encargada de poner la banda sonora al atardecer. Y es que en el Pati Dones, la AI RAVE, desarrollada por Dababots y Hexorcismos, estuvo durante todo el día reproduciendo temas. Basándose en un dataset de Dublab BCN, elegía los temas más adecuados para el momento.


Y al caer la noche, nos dirigimos al Hall Stage, el cual AWWZ, en formato B2B con una inteligencia artificial, convertiría en un club en su hora más enérgica. Y es que acompañada por unas visuales estroboscópicas, nos trajo una sesión que se movía del dancehall más subido de bpms al baile funk.

De vuelta al Hall stage, Rob Clouth nos presentaba su AV, basado en su álbum Zero Point, y desarrollado en tan sólo 4 semanas. Las visuales fueron espectaculares, sincronizadas con cada golpe. Rob tuvo al público donde quería en todo momento, subiendo y bajando la intensidad a su antojo. Ambient de alto octanaje, con la dosis justa de estructura de electrónica convencional, incluso acercándose por momentos a ritmos 4×4. Si juntas todos estos elementos, el resultado no podía ser otro, una actuación  para el recuerdo.


Llegó el momento de una de las actuaciones más esperadas. Llegaba el momento de la colaboración entre UPC, Hamill Industries, Sonar y Kiani Del Valle.Todos nos mostrábamos expectantes por ver el resultado de ese concepto tan abstracto, que nos explicó una de las integrantes de Hamill Industries. La cual, no pudo contener la emoción, mostrándose agradecida de tener un Teatre stage lleno para ver el proyecto que había llevado a cabo con tanta pasión.


Usando una inteligencia artificial, que aprendió de los movimientos de la bailarina, se conseguía crear en torno a ella modelos visuales, representando diferentes organismos. Desde elementos microscópicos, pasando por insectos y vegetales. Todos ellos respondiendo a los movimientos de Kiani, haciendo de este show una experiencia realmente envolvente. 

Para finalizar, Mouse on Mars nos esperaban en el Hall Stage con su AV.Secuenciando en directo, con instrumentos y samples verdaderamente sorprendentes, plantearon un show introspectivo. Percusiones y sintes insuflados de reverberación, y una batería que dirigía la intensidad, dosificándola correctamente.


De esta manera terminaba AI and Music. Objetivo cumplido. Han logrado acercarnos a la inteligencia artificial, desde puntos de vista científicos y musicales, siempre con clara intencionalidad divulgativa. Cientos de ideas nos invaden, pensando en las posibilidades de todo lo que hemos visto hoy, del siguiente paso en cada uno de esos proyectos. Ha sido una experiencia espectacular, un equipo de sonido de categoría, a la altura de la situación. Una cosa queda clara, y es que AI and músic tiene cuerda para rato, así que deseamos que sea la primera de muchas ediciones.


Iker Arana Garrido

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