La semana pasada tuvimos el privilegio de asistir a primera edición del Hueznar Festival, un nuevo festival de psytrance en Sevilla. Aunque es un festival nuevo cuenta con el respaldo y la experiencia de unos organizadores de lujo: la decoradora Mimesis y el promotor Ohmnium records. Un placer para los cinco sentidos. Ha sido todo un placer vivir en primera persona esta edición y esperamos no sea la última.
El lugar de realización es el camping Batán de las Monjas, situado en un frondoso bosque que cruza el río Huéznar en el increíble y poco conocido Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla. Este lugar tiene gran andadura en la organización de festivales de psychedelic trance, ya que fue durante varios años la ubicación del Connection Festival, ahora sito en Badajoz.
Destaca de Hueznar Festival como ya hemos comentado el emplazamiento único unido la impecable organización y a la esmeradísima decoración, cuidada hasta el mínimo detalle, y no sólo en los impresionantes escenarios: cada recoveco del bosque, cada esquina, cada árbol está adornado con mimo creando un ambiente mágico. La zona de acampada, cubierta de fresnos, chopos y cruzada por el río, era sumamente acogedora y muy agradable.
Un entorno único en Hueznar Festival
En cuanto a la música, que no para prácticamente en ningún momento como en la mayoría de los festivales de psytrance, se divide en dos escenarios increíblemente decorados, el Dance Portal, que representa los estilos más bailables del goa trance (aunque llegamos a escuchar también trance puro de la vieja escuela) y el Mind Nest, un oasis de relajación de día, con música ambient, dub y chill out fundamentalmente, y donde se daban hasta masajes. De noche el Mind Nest se transformaba y nos ofrecía ritmos más contundentes, desde techno a otras variantes del psychedelic. Las luces y los colores, hacen que nos transportemos a otros mundos. ¡Tenéis que vivirlo!
Cabe señalar la existencia de baños ecológicos cerca de la pista de baile, mucho más agradables de usar y más respetuosos con el medio ambiente que los químicos a los que estamos acostumbrados. Además contaba con restaurante, con una carta que ofrece deliciosos platos típicos; y baños y duchas de obra, pertenecientes al camping. ¿Quien se viene el próximo año? ¡Te dejamos nuestro veredicto!
Lo mejor:
- Increíble emplazamiento y decoración, un ambiente inigualable y encantador, con todo cuidado con esmero hasta el mínimo detalle en cada esquina del festival y del camping.
- Como en muchos festivales de psytrance (aunque no en todos) al entrar formas parte de una familia y sientes que perteneces a algo más grande, todo el mundo es increíblemente acogedor y aunque vayas solo siempre tendrás la sensación de estar entre amigos.
Lo peor:
- Aforo limitado a 37 vehículos en el interior del festival, para el resto de los asistentes era necesario aparcar en el pueblo y trasladarse en lanzadera, lo cual teniendo que transportar material de acampada era bastante incómodo; si bien la organización nos comentó que esto intentará mejorarse en próximas ediciones.
